Y entonces nosotros, cobardes,
que amábamos la tarde susurrante,
las casas,
los senderos sobre el rio,
las luces rojas y sucias
de aquellos parajes, el dolor
endulzado y callado-
arrancamos los manos
de la viva cadena
y callamos, pero el corazón
se nos sobresaltó sangriento,
y ya no hubo dulzura,
ya no hubo abandono
en el sendero del rio-
ya nunca más siervos, supimos
que estamos vivos y solos
Подписаться на:
Комментарии к сообщению (Atom)
3 комментария:
Me ha encantado tu comentario ^^
Parece que me has calado bien xD
Besos!
al menos, acaba bien.
me encanta como escribes
al menos el gusto que tienes al hacerlo
=) ancri
Отправить комментарий